Mientras el presidente de la República Dominicana, Leonel Fernández, pide ante la comunidad internacional la inclusión de Haití en la Comunidad Iberoamericana, las autoridades del vecino país apuestan al rompimiento de las relaciones entre ambas naciones.
Aunque la máxima autoridad haitiana no ha emitido ninguna opinión referente a los mas recientes conflictos entre dominicanos y haitianos, otras se han encargado de hacerlas.
Con declaraciones como la de la primera ministra de Haití, Michèle Pierre Louis, quien manifestó recientemente que las relaciones de ambos países peligran, como consecuencia de los últimos incidentes ocurridos entre sus compatriotas y dominicanos, deberíamos ir pensando de otra forma a la hora de tomar decisiones que impliquen a esa nación.
Asimismo, el ex embajador de Haití en la República Dominican, Guy Alexandre, estimó que las relaciones bilaterales se han tornado "peligrosa", después de la decapitación de un haitiano ocurrida en Santo Domingo el pasado 2 de mayo, en venganza del descabezamiento de un dominicano.
Más que ser consecuentes, un poco de drasticidad con la empobrecida población haitiana les serviría como lección y tal vez así se den cuenta de que quienes necesitan y quienes están errados en sus actuaciones, son ellos.
Si no, no hubiera sido necesario que la República Dominicana, sólo el pasado año, destinara 16 millones de dólares para atenciones médicas a haitianos residentes en el país de forma legal e ilegal.
Tampoco fuera necesario que República Dominicana albergara millones de haitianos que cruzan el río Masacre huyendo del hambre y el desorden político de Haití.
Por qué ante decir que los conflictos entre ambos países son como consecuencia del “antihaitianismo en territorio dominicano”, no deponen la actitud de monopolio que mantienen los camioneros haitianos con los de aquí, por el cobro excesivo de flete, en violación a los acuerdos internacionales?.
Es muy fácil ver la paja del ojo ajeno y no la viga que está en el nuestro, pero sobre todo es más fácil emitir declaraciones a la ligera, las cuales podrían convertirse en la causa de tu propia desgracia.
Si tan mal son tratados en suelo dominicano, porque persiste la migración; o más bien porque las autoridades haitianas no la detienen.
Sería conveniente, para ambas naciones, que las autoridades haitianas piensen antes de hablar y esta forma no contribuir al deterioro de las relaciones bilaterales.
domingo, 24 de mayo de 2009
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