Recientemente la Policía Nacional y un grupo de cineastas dominicanos destruyeron más de 500 mil videos falsificados, acción que fue catalogada como "el golpe más grande de toda la historia asestado al comercio ilegal de películas”.
Según la ilustración es evidente que la venta de películas ilegales no ha cesado, pero más evidente es que quienes están llamados a acabar con el negocio están aportando un granito de arena para que se mantenga sólido, aunque a medias (me quedo con la película, pero no te pago. Eso fue lo que vi).
El pasado domingo por la mañana, estos agentes policiales mientras realizaban su labor de patrullaje por la carretera de Mendoza, en Santo Domingo Este, también estaban al pendiente de cómo se iban a entretener cuando terminaran su jornada laboral; por supuesto haciendo uso del poder.