martes, 15 de enero de 2008

Yate “Angelita”: de Dominicana para el Mundo

Por: Ana Peguero

El 27 de agosto del año 1966 el final del majestuoso Yate Angelita en la República Dominicana llegó, cuando la nave zarpó del puerto de Haina en esta ocasión comandada por el vicealmirante Francisco Marte Victoria, quien rumbo a Jacksonville, Florida, iba a entregar la nave a su nuevo dueño.

El yate, que perteneció al generalísimo Rafael Leonidas Trujillo Molina, fue vendido por la irrisoria suma de un millón de dólares a Clifford C. Barbour, quien además de ser hijo de pastores americanos, era dueño de empresas de acero y aceite en Pittsburg.

Con el dinero recibido por el Estado a cambio de la venta de la nave, se construyeron los acueductos de Villa Elisa y Villa Cinta, en Montecristi, al noroeste de la República Dominicana.

En esta operación funge como intermediario el ya desaparecido Jacinto B. Peynado, y se realiza bajo el mando del doctor Joaquín Balaguer, presidente de la República en ese entonces, quien decide vender el barco que aun permanecía asegurado a nombre de Trujillo por cinco millones de dólares con la empresa aseguradora inglesa “Lloyd”.

“Se decía, o mejor dicho me dijeron el contralmirante Ramón Emilio Jiménez (Milo), quien era el jefe de la Marina y Francisco Amiama Castillo, inspector general, que Ramfis estaba asechando el barco desde los alrededores de la costa Norte de Cuba, con el fin de hundirlo y, como heredero, cobrar el seguro del barco”, recordó uno de los miembros de la tripulación en conversación con DominicanosHoy.com.

Se dijo que esta acción obligó a Marte Victoria, un viejo lobo de la mar, a cambiar la ruta e ir de Cabo Engaño a Punta Borinquen, antes de atracar en Jacksonville.

Luego de navegar por cinco días, llegan a las costas de Jackosnville el 2 de septiembre, primer lunes del mes, día sagrado y no laborable para los Estados Unidos ya que se conmemora el Día del Trabajo, motivo por el cual la tripulación no pudo anclar la embarcación.

“Además, tuvimos que fondear el yate ya que este no pasaba por debajo el puente en la bahía de Jacksonville, debido a que el mástil central tenía 195 pies de altura y el puente poco más de 160. Duramos un día desarmando los mástiles para poder entrar al puerto”, siguió narrando.

Una vez desembarcaran, por ordenes del presidente Balaguer, el capitán del barco debía verificar la cuenta del comprador y comprobar si tenía fondos suficientes para poder cambiar el cheque que ya estaba en manos del gobierno.

Concluida la transacción la tripulación regresó repatriada, en escala, en un avión lechero desde Jacksonville a Miami, de Miami a Kingston, luego a Puerto Príncipe hasta llegar a Santo Domingo.

Esta embarcación de vela construida por los astilleros de Krupp en Alemania es hoy por hoy la más grande del mundo considerada “reina de los mares” por toda la historia que atesora en su interior.

El Sea Cloud como se llama en la actualidad pertenece a la compañía SEA CLOUD CRUISES, Inc., quienes nos invitan a compartir una experiencia única de las últimas aventuras de nuestro tiempo donde rodeados de teca y bronce, en un viaje por el caribe o el mediterráneo, puedes disfrutar de un ambiente exclusivo y el gran encanto a bordo de este nostálgico velero.

El Sextante del Yate “Angelita”


El sextante es un instrumento que permite medir ángulos entre dos objetos tales como dos puntos de una costa o un astro, tradicionalmente, el sol
y el horizonte. Conociendo la elevación del sol y la hora del día se puede determinar la latitud
a la que se encuentra el observador. Esta determinación se efectúa con bastante precisión mediante cálculos matemáticos sencillos de aplicar.
Esta herramienta de navegación perteneció al yate Angelita mientras fue propiedad del Generalísimo Trujillo y fue utilizado hasta su última travesía en manos del gobierno dominicano.

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